El periodo climatérico es una crisis vital, propia de los cambios fisiológicos.

Las consecuencias se ven reflejadas a corto plazo, en síntomas como sofocos o calores, problemas para conciliar el sueño, cambios de humor, dificultad en la concentración, aprendizaje y memoria, sequedad de piel, disminución del deseo sexual, entre otras. A largo plazo el riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta.

Como respuesta a lo anterior, la ciencia ha diseñado diferentes herramientas dirigidas a suplantarlos, como la disminución hormonal o los cambios genitales anatómicos o funcionales, con el fin de aliviar los síntomas de las mujeres que transitan esta etapa de la vida. Los tratamientos médicos van desde las terapias sustitutivas hormonales a técnicas quirúrgicas de rejuvenecimiento genital.